martes, 27 de octubre de 2015

LA COMIDA QUE SIENTA BIEN


El tema de la comida, en nuestro mundo de prisas y obsesiones nutricionales, puede llegar a convertirse, para muchas personas, en un auténtico infierno, una obsesión, o algo irrelevante que se ha de hacer por pura necesidad fisiológica.

¿Cual es el equilibrio perfecto? ¿Cómo hacer para que la comida te alimente, nutricionalmente hablando, y te siente bien? Yo soy la primera que se lo pregunta tratando, como siempre, de encontrar un equilibrio en todo lo que hago. Para responder a esta pregunta traigo las palabras que Antonio Blay (padre de la psicología transpersonal en España) escribe sobre este tema en su Yoga Integral.

«La comida
Hay que tomar alimentación básica completa, que no sea exagerada de ningún modo, ni en cantidad ni en ninguno de sus componentes y que sea sabrosa. Muchos creen que el Yoga requiere austeridad en todo lo que se refiere a la sensación y sensibilidad normales. Esto es completamente falso. Hay que saborear, hay que encontrar gusto en la comida, porque el gusto facilita la digestión. ¡Saber saborear la comida, saberla sazonar bien, comer con gusto! ¡Cuántas personas hay que comen sin darse cuenta apenas de que están comiendo y sin saber qué comen! ¡Y después se quejan de que la digestión es pesada! Si estas personas se centraran en el acto de comer y comieran atentas, bien conscientes de lo que están haciendo, en un estado afectivo alegre, optimista, harían la digestión con mucha mayor rapidez y la comida les nutriría mucho más, pues la asimilarían mejor.
De entrada no podemos aconsejar a nadie que se limite a un régimen exclusivamente vegetal, como se hace en algunos libros de Yoga. Esto puede ser de absoluta necesidad para quien practica Yoga de modo total y exclusivo, pero en principio no lo creo necesario, ni sé que las investigaciones dietéticas hayan llegado a una conclusión clara en este sentido: no estimo que sea mejor un régimen de alimentación exclusivamente vegetariana que un régimen mixto. Por tanto me parece que nadie debe preocuparse demasiado por ello. Lo principal es que aprenda a comer moderadamente, con alegría y a distinguir los alimentos. Vigilar cómo le sientan, cómo afectan a su organismo.
También, respecto de la comida, hemos de decir que nunca debe ponerse uno a comer estando muy tenso, porque el aparato digestivo no está entonces preparado para poder digerir. Conviene siempre descansar antes un poco, pasear, o hacer algo que distraiga, que distienda. Por eso aconsejo a las personas que sufren un mal crónico de estómago que hagan una pequeña sesión de relajación antes de la comida, en lugar de echarse después para la clásica siesta, como suele aconsejarse, o además de ella, si se puede y cuesta dejarla.»

Es interesante, ¿verdad? Disfrutar de una comida sabrosa, comer con gusto, de forma relajada y distendida... Atender a las sensaciones, a cómo te sientan los distintos alimentos... Suena muy actual, pero este texto de Antonio Blay es de 1969.

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