El mito del campo de
juegos de Brahman es un relato hindú
que me parece fascinante, pues muestra algo que es muy difícil de explicar de
forma racional: la naturaleza del mundo que habitamos, y nuestro papel en él.
El mito dice más o
menos así…
… Antes de que el reloj
de tiempo comenzará su devenir Brahman
(divinidad absoluta del hinduismo) era, pero no tenía lugar donde estar dado
que carecía de sustancia material. Brahmán
se sentía solo y deseó un igual, y de su voluntad creativa surgió Maya, como espacio y tiempo. Maya no era exactamente su igual, sino
el medio por el que Brahman podía
experimentar el tener un igual. No puede
haber otro Brahman, pues Brahman los es Todo. Maya representa la única forma en que Brahman podía tener la “ilusión” de un
igual.
Maya
le dice a Brahman que le hará un
campo de juegos para que pueda experimentar lo que es tener un igual, y que
para ello necesita que le otorgue su atención perfecta y total, su atención de
Dios omnipotente. Que una vez la tenga la dividirá en algo llamados seres, en
millones de ellos, para que él, Brahman,
pueda expresarse en millones de formas. Mediante su campo de juegos podrá experimentar
la compañía, y todas las sensaciones agradables y desagradables que vienen con ella
y se derivan de su ausencia. Pero, advierte Maya, para que eso sea posible
tiene que olvidar que es Brahman,
tienes que olvidar que él lo es Todo, que no hay nada más allá de sí mismo. En
definitiva, tiene que olvidar que está en un campo de juegos.
Brahman
acepta las reglas de Maya, aunque
advierte que dentro del campo de juego que ha creado (universo, tiempo y espacio),
tarde o temprano recordará quien es... el engaño no podrá durar mucho.
Y así se inició el
mundo que captamos con nuestros sentidos. Así se originó el tiempo y el
espacio. Los que están recordando que son Brahman
disfrutan de juego, les haya tocado el personaje que les haya tocado en él. Los
que viven todavía en el olvido del Ser, en el olvido de quién son, sufren el juego porque lo toman por la
realidad.
En este mito hinduista
tenemos las claves básicas para comprender el no-dualismo de una filosofía como
la del Vedanta Advaita, por ejemplo. El mundo que vemos, que percibimos, que
experimentamos, es el campo de juegos de Brahman,
es Maya, pero no Maya en el sentido de un mundo falso, ilusorio, sino en el sentido
de “apariencia”, de rostro visible, de Brahman.
Maya sólo es velo cuando posamos
sobre ella una mirada superficial, cuando la confundimos con la Realidad,
cuando creemos que ella es lo único que existe. Entonces Maya se convierte en velo de Brahman,
de lo Real. Lo único que cambia es la mirada.
Si algo he descubierto
con los años y la experiencia es que todo en este mundo es una cuestión de mirada.
Hay un punto en el mito que me parece crucial porque suele obviarse. Brahman le otorga a Maya su atención perfecta y total, su atención omnipotente. Eso
significa, a mi modo de ver, que a través del mundo de las formas se puede
llegar a la Verdad, a la Realidad (la materia no es un obstáculo), simplemente
no hay que confundir la multiplicidad que captamos mediante los sentidos con
diferencia esencial, con separatividad. Creo que somos Uno en esencia y únicos
en nuestra forma de manifestarnos, de expresarnos. Todos somos Brahman: personas, animales, vegetales,
minerales. En ocasiones estamos en pleno juego, y en ocasiones estamos fuera
del juego (muertos), podemos jugar más dormidos o más despiertos, pero nunca
dejamos de Ser. A cada cual la vida reparte unas cartas, y con ellas tenemos
que jugar. De nada sirve andar mirando las cartas de los otros, ni soñar con
cómo sería si tuviésemos otras cartas, ni sentarnos en una esquina a
lamentarnos por nuestras cartas. Lo único que podemos hacer es jugar, y ya que
tenemos que jugar, juguemos con altura. Convirtámonos en maestros del juego,
recordemos quien somos y pongamos “en juego” al máximo todas nuestras potencialidades.
¿Qué pensáis?
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