He tardado, pero al fin escribo la prometida entrada sobre la Saga de Chalion, de Lois McMaster Bujold. He de
confesar que me gusta mucho tanto las novelas de ciencia ficción como las de
fantasía, por lo que soy incapaz de ser absolutamente objetiva. No obstante
creo que, dado que nos es una historia de elfos, duendes, etc., y por la
calidad de su contenido, puede gustar a los no excesivamente amantes del género.
Antes de seguir con la entrada quiero traer aquí unas palabras que Elkhart
Tolle escribe en el prefacio de «Un diamante en el bolsillo»:
La gente seguirá disfrutando de las historias que
contienen verdades espirituales en libros y películas, pues siguen desempeñando
la función vital de iniciar el primer despertar en aquellos a los que no se
habría llegado de no ser por ellas y por su capacidad de traspasar
sigilosamente las defensas del ego.
No quiero decir que la saga de Chalion
sean libros de iniciación espiritual, ni mucho menos. Se trata de novelas, pero
estas palabras de Tolle me parece que explican perfectamente lo que siento, en
general, ante el arte y, muy particularmente, con la buena literatura.
Sigo diferentes blogs de temas diversos para intentar estar un poco al día
de «todo», aunque eso sea imposible. Gracias a uno de estos blogs descubrí a Lois
McMaster Bujold. Escribía en una anterior entrada del blog que « …esta
escritora ha sido galardonada nada menos que cuatro veces con los Premios Hugo,
y que es la creadora de una conocida y premiada serie de libros de Ciencia
Ficción.»
La saga de Chalion es una
trilogía formada por:
1.
Los cuervos del Zangre.
Sinopsis:
Lois McMaster Bujold ha acaparado buena
parte de los premios Hugo de la primera mitad de los 90, demostrando así la
tremenda popularidad que ha alcanzado en Estados Unidos con sus novelas.
Después de dos años encadenado a un
remo en una galera roknari, Lupe de Cazaril, noble de sangre, regresa a su casa
en Chalion como un hombre humilde y anónimo, cruelmente marcado por el látigo y
las penurias. Sin tierras, con los honores adquiridos en batalla y los viejos
rencores casi olvidados, ahora sólo aspira a servir en el mismo castillo en el
que una vez fue paje. Sin embargo, los dioses de Chalion parecen haberle
reservado otro destino.
Tras convertirse en secretario y
tutor de Iselle, la nieta de los señores de Chalion, Cazaril se verá pronto
implicado en las intrigas, la corrupción y las oscuras tramas de la corte que
florecen bajo el débil mandato de Orico. La ambición que rodea el futuro de la
joven Iselle y el poder de Chalion le obligarán a enfrentarse de nuevo a los
hombres que le traicionaron una vez.
En Los cuervos del Zangre Lois
McMaster Bujold vuelve a demostrar su enorme talento a la hora de crear
complejas y creíbles tramas políticas, en las que entrelaza a unos personajes
tan humanamente imperfectos como memorables.
2.
El legado de los cinco dioses.
Sinopsis:
El antiguo soldado y cortesano Lupe
de Cazaril se ve atrapado por una compleja red de tramas políticas y magia
negra que terminará por obligarlo a afrontar una maldición que amenaza las
vidas y las almas de una familia a la que ha aprendido a amar.
A fin de proteger a la familia real,
Cazaril deberá superar sus propios temores, hacer frente a adversarios tanto
tangibles como incorpóreos y sacrificarlo todo, hasta su vida, con tal de
eludir de una vez por todas el mortífero legado de los dioses que va unido a la
corona de Chalion. Pero... ¿cuántas veces puede dar un hombre su vida?
Lois McMaster Bujold, que ya se ha
ganado el aprecio de la crítica y de los lectores con su aclamada serie de
ciencia-ficción protagonizada por la dinastía de los Vorkosigan, da un giro a
su trayectoria para sumergirse en el género de la fantasía heroica y urdir una
historia, que ensalza el sacrificio personal y la faceta mas humilde del
heroísmo. Sus carismáticos personajes, y el mundo que describe en detalle hacen
de El legado de los cinco dioses un reclamo irresistible para los aficionados a
la literatura fantástica.
3.
Paladín de almas.
Sinopsis:
Tres años han pasado desde que la
enviudada Royina Ista diera con el modo de liberarse de la maldición que la
mantenía prisionera en el castillo familiar de Valenda. Mas su nueva libertad
es costosa, llena de recuerdos agridulces, arrepentimiento y secretos
culpables, pues conoce la verdad sobre lo que llevó a su tierra al borde de la
destrucción.
Pero otras cosas se han liberado de
sus grilletes, cosas que van más allá de la definición de letal. Al norte se
encuentra la fortaleza fronteriza de Porifors; allí también moran los recuerdos
de guerras, de invasiones, del poderoso general Jokona. Y alguien, algo, vigila
desde esa frontera: humanos, demonios, dioses.
He disfrutado mucho con su lectura, no solo por tratarse de novela
fantástica, especialmente por alguna de sus reflexiones. Aquí os dejo algunas
perlas que aparecen en las novelas:
«Los dioses, aseguraban a los hombres los doctos teólogos de la Sagrada Familia,
obraban de manera sutil, secreta y, por encima de todo, parsimoniosa: por
mediación del mundo, no en él. Incluso para los agradecidos y excepcionales
milagros curativos –o los más siniestros del desastre y la muerte- el libre
albedrío del hombre ha de abrir un canal para que el bien o el mal entren en la
vida de la vigilia.»
«Arrasaría el cielo por ti, si
supiera dónde está.
Él sabía dónde estaba. Estaba al otro lado de cada persona viva, de cada
criatura viva, tan próximo cono el reverso de una moneda, el otro lado de una
puerta. Totas las almas eran un portal en potencia para los dioses.
Me pregunto qué ocurriría si nos
abriéramos todos al mismo tiempo. ¿Se inundaría el mundo de milagros, se
secaría el cielo? Tuvo una súbita visión en la que los santos eran el
sistema de irrigación de los dioses; un racional y meticuloso sistema de
compuertas que se abrían y cerraban para proporcionar a cada modesto sembrado
de almas su proporción justa de agua.»
«En las galeras no éramos señores ni hombres. Éramos hombres o animales, y
lo que demostraba qué eras no guardaba relación que yo supiera con la cuna ni
la sangre.»
«No se puede hacer retroceder a la oscuridad con la razón. Hay que usar el
fuego [es decir, la luz].»
Una de las protagonistas «conversando» con un dios:
«- No me está quedando correctamente,
se preocupó ella. No me está saliendo
bien.
-
Eres
estupenda, la tranquilizó la voz.
-
Es
imperfecto.
-
Todas las
cosas atrapadas en el tiempo lo son. A pesar de todo eres estupenda. Qué suerte
para nosotros que tengamos sed de almas gloriosas en vez de almas sin tacha, o
realmente estaríamos sedientos, y muy solos en nuestra perfección. Continúa de
forma imperfecta, brillante Ista.»
Y hasta aquí la entrada. Qué disfrutéis de las citas y, aquellos que se
animen, de la lectura de las novelas.